En la vasta inmensidad,
la naturaleza habla.
Susurros de hojas,
crepúsculos dorados,
y el viento acariciando
las colinas lejanas.

Saber escuchar
es saber vivir.
Cada canto de las aves
revela secretos antiguos,
leyendas de mundos perdidos,
que florecen con el amanecer.

  • Ezequiel Martínez Estrada